martes, 17 de febrero de 2015

La ilusión de la ciudad turística en la isla de Juan Goytisolo

Juan Goytisolo (Premio Cervantes 2014)


“Hacía una noche magnífica y la luna flotaba sobre el mar como un globo. Las villas de la Carihuela aparecían veladas a la luz mortecina de las farolas. Rafael conducía silbando y pensé que hubiéramos podido pasar fácilmente por un matrimonio feliz, unido. Después el paso a nivel, los reclamos de bares y hoteles forjaban la ilusión de la ciudad. La plaza estaba de bote en bote y un guardia regulaba el tránsito de los vehículos.
Sentados en la terraza del Central, contemplamos el va y viene de los veraneantes: muchachos en mangas de camisa y tejanos, zazous de la nueva ola, extranjeras cursis. En la acera, mujeres vestidas de negro y campesinos aguardaban el coche de línea de Málaga. Estaban a un metro escaso de nosotros y nos observaban con una mezcla de desdén e ironía. Pasaron dos señoras en traje pijama, un nórdico con pantalones de color violeta. La juventud privaba como en todas las playas del mundo y una chica fea y pintada pretendía atraer la atención sobre ella, moviéndose y sin concierto, como un abanico de tonta.

-La madre la quiere casar con un extranjero-susurró Rafael-. Parece que están al borde de la ruina.

            Juan Goytisolo, La isla (1961), Edición Seix Barral, Barcelona, página 21, 1983.