viernes, 31 de octubre de 2014

Un texto sobre turistas del autor Eduardo Moga

Eduardo Moga (Barcelona, 1962) Poeta, traductor y crítico literario



"Pululan los turistas: caracolean sus ojos hambrientos,
entrechocan como bolas en un tapete de hormigón,
irradian una tumultuosa soledad. Su razón es su vagar"

Bajo la piel, los dias. Calambur (Pág, 76. 2010)

lunes, 20 de octubre de 2014

El escritor Paul Bowles y la lluvia en Tánger

Paul Bowles (1910-1999)

            "La lluvia, que suele alegrar el corazón de todos excepto el de los turistas, ha caído recientemente en tales cantidades sobre esta parte del continente, que incluso lo marroquíes se preguntan si dejará de llover algún día. Los caminos secundarios han sido bloqueados una y otra vez por las inundaciones. Las aldeas a la orilla de los ríos han sido destruidas por los fangosos torrentes que bajan violentamente de las montañas. Los rezadores profesionales han tenido que refrescar un poco sus ensalmos, ya que ahora la gente les paga para que lleven a cabo el inusitado servicio de orar para que cese la lluvia".

            Paul Bowles, Días y viajes.Ediciones Folio, 2004.

miércoles, 15 de octubre de 2014

martes, 14 de octubre de 2014

Un poema de Peter Handke con guías turísticos

Extracto y Fotografía de Peter Handke (Austria, 1942)



                       [...] Y, finalmente,
                        sin duda los guías turísticos pueden tener buena voluntad
                        pero
                        los vigilantes de un estadio de fútbol tienen,
                        [ciertamente, mejor voluntad que los guías turísticos,
                        y las partes contratantes tienen mejor voluntad 
                        que los guías turísticos,
                        y los pecadores arrepentidos tienen, a pesar de todo,
                        [mejor voluntad que las partes contratantes,
                        y todos los muertos tenían, al menos, mejor voluntad
                        [que cualquier pecador arrepentido;
                        pero aquel que ansía el poder tiene, indudablemente,
                        la mejor voluntad de todas.        

                                                                                              Comparaciones/ Steigerungen
                                                ( De El mundo interior 
del mundo exterior del mundo interior, 1963)

                        Peter Handke. Vivir sin poesía. Bartleby Editores, 2009

miércoles, 8 de octubre de 2014

Reseña del artista alicantino José Puchaes sobre Planeta Turista



PLANETA TURISTA llega en un momento necesario, alumbra y echa luz sobre el fenómeno que ya es nuestra forma de vida mayoritariamente, el turismo, la venta de sol, playa, historia, rio…y comer y otras cosas, mal o bien, pero nuevas experiencias, y en eso, los descendientes de los íberos somos magos, tenemos multitud de paisajes y paisanajes entremezclados desde nuestros ancestros. El turismo es amar al otro, buscarlo y a veces encontrarlo aunque sea fugazmente.

El libro que llegó a mis manos en una noche de entremezclas fugaces, resultó un mirar atrás y al presente y futuro para quien viene de una tierra turística de sol y playa. Ahora en el interior, el fenómeno es muy parecido básicamente paralelo en muchas cuestiones…echo en falta un guía de playa que nos cuente las historias de marineros y piratas que partían y arribaron, tanta historia marina perdida en el fondo del mar…

Los tres jóvenes canarios entremezclados en este compendio de poesía sobre el turismo y su fenomenología creativa nos presentan ensoñaciones, divagaciones, reflexiones, otras poesías, poetas, lenguas e idiomas otra vez entremezclados y ya me salen tres…

David Guijosa, Acerina Cruz y Samir Delgado nos acompañan en un viaje múltiplo de tres que ayuda a viajar, en los lugares de espera, junto a paisajes fugaces que como el amor, no pasan nunca sino que se impregnan en nosotros. Planeta Turista es una lectura valiente como el viaje, llena de sorpresas, matices interiores y universales, de pasajes y de viajes de ida y vuelta.

Jose Puchaes (Alicante,1971) Artista, agente de desarrollo local y  promotor turístico – cultural.

viernes, 3 de octubre de 2014

Un texto de Susan Sontag sobre los turistas y la fotografía

 Susan Sontag, En la caverna platónica. Sobre la fotografía. 1973


Si las fotografías permiten la posesión imaginaria de un pasado irreal, también ayudan a tomar posesión de un espacio donde la gente se siente insegura. Así, la fotografía se desarrolla en tandem con una de las actividades modernas más características: el turismo. Por primera vez en la historia, grupos numerosos abandonan sus medios habituales por períodos breves. Parece francamente antinatural viajar por placer sin llevar una cámara. Las fotografías son la evidencia irrecusable de que se hizo la excursión, se cumplió el programa, se gozó del viaje. Las fotografías documentan secuencias de actividades realizadas en ausencia de la familia, los amigos, los vecinos. Pero la dependencia de la cámara en cuanto aparato que otorga realidad a las experiencias no disminuye cuando la gente viaja más. El acto de fotografiar satisface las mismas necesidades para los cosmopolias que acumulan trofeos fotográficos de su excursión en barco por el Nilo o sus catorce dáis en China que para los turistas de clase media que sacan instantáneas de la Torre Eiffel o las Cataratas del Niágara.
           

Las fotografías, un modo de certificar la experiencia, también son un modo de rechazarla: al limitar la experiencia a una busca de lo fotogénico, al convertir la experiencia en una imagen, un souvenir. El viaje se transforma en una estrategia para acumular fotografías. La actividad misma de fotografiar es tranquilizadora, y atempera esa desazón general que se suele agudizar con los viajes. La mayoría de los turistas se sienten constreñidos a poner la cámara entre ellos y cualquier cosa loable que encuentren. Al no saber cómo reaccionar, fotografían. Así la exoperiencia cobra forma: alto, una fotografía, adelante. El método seduce especialmente a gentes sometidas a una ética laboral implacable: alemanes, japoneses y norteamericanos. La utilización de una cámara aplaca la ansiedad que sufren los obsesionados por el trabajo por no trabajar cuando están en vacaciones y presuntamente divirtiéndose. Cuentan con una tarea que parece una amigable imitación del trabajo: tomar fotografías. Los pueblos despojados de su pasado parecen los entusiastas más fervientes de la fotografía, en su país y en el exterior. Casi todos los integrantes de una sociedad industrializada son obligados paulatinamente a renunciar al pasado, pero en ciertos países, como los Estados Unidos y Japón, la ruptura con el pasado ha sido especialmente traumática. A principios de los años 70, la fábula del impetuoso turista norteamericano de las décadas del 50 y del 60, rico en dólares y vulgaridad, fue reemplazada por el enigma del gregario turista japonés, nuevamente liberados de su isla-prisión por el milagro de la sobrevaloración del yen y generalmente armado con dos cámaras, una en cada cadera”.
                                                          
            Susan Sontag, En la caverna platónica. Sobre la fotografía. 1973
            (Extraido de la edición de Edhasa, 1996, página 19 y 20).