lunes, 30 de septiembre de 2013

La timidez de una turista atípica

Un poema de la autora cubana de origen irlandés Carlota Caulfield, de su libro "Movimientos metálicos para juguetes abandonados" (Primer Premio Hispanoamericano de poesía Dulce María Loynaz, 2002) incluido en nuestro dossier "Leyendo el Turismo".

Movimientos Metálicos para juguetes abandonados
 
 PASEO MATINAL CON EVOCACIONES POÉTICAS

La casa de Rubens en Amberes...
tiene la propiedad de evocar
la realidad del siglo diecisiete,
se lee en una guía de turistas.

El pórtico barroco me dejó entrar
a un jardín renacentista italo-flamenco
que el maestro diseñó.

Sí, todo es en verdad encantador,
con ramitas de perejil y perfume de lavanda.

Pero mientras jugábamos a los escondidos
y nuestros labios se tocaban con timidez de turistas atípicos,
yo pensaba en Catulo y sus tantos besos para Lesbia.
Sin lugar a dudas, el poeta llamaría a nuestros besos suavium.
Y Rubens lo aprobaría.

 
Carlota Caulfield


Poema de Emily Dickinson sobre el Teide

La escritora norteamericana Emily Dickinson (1830- 1886) escribió un poema sobre el Teide. Da que pensar el singular hecho de que nunca visitara Tenerife. En realidad, esto se amplifica con el suceso biográfico de que tampoco saliera mucho más allá de las paredes de su casa en Massachussets. Para escribir el poema, posibiblemente hubiese manejado libros, fotos, grabados de la isla de Tenerife, es decir, los souvenirs y catálogos del s. XIX. Actualmente, esta percepción romántica del volcán se ha convertido en un atractivo para miles de turistas que cada año visitan la isla.


Ah, Teneriffe!
Retreating Mountain!
Purples of Ages—pause for you—
Sunset—reviews her Sapphire Regiment—
Day—drops you her Red Adieu!

Still—Clad in your Mail of ices—
Thigh of Granite—and thew—of Steel—
Heedless—alike—of pomp—or parting

Ah, Teneriffe!
I'm kneeling—still—


Teleférico de El Teide (Tenerife)

¡Ah Tenerife!
¡Pico que se retira!
Rangos de tiempos -de total quietud-
el amanecer -revive su tropa zafiro-
el día- te deja con su rojo Adieu!

Aún- cubierto en tu manto de hielos-
tendón -de acero- y muslo- de granito
ajeno -pareces- a pompa- o partida-
¡Ah, Tenerife!

Me arrodillo -aún-

El Teide (Tenerife)

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Selección de Autores Hispanoamericanos

Dossier "Leyendo el turismo". Septiembre 2013.

 
NICANOR PARRA
 
Moscas en la mierda*
Al señor- al turista- al revolucionario
me gustaría hacerles una sola pregunta:
¿alguna vez vieron una nube de moscas
revolotear en torno a una plasta de mierda
aterrizar y trabajar en la mierda?
¿han visto moscas alguna vez en la mierda?
porque yo nací y me crié con las moscas
en una casa rodeada de mierda.
* De Emergency Poems (1972)

 Nicanor Parra

 
NICOLÁS GUILLÉN
 
Máscaras*
DE dos en dos,
las maracas se adelantan al yanqui
para decirle:
-¿Cómo está usted, señor?
Cuando hay barco a la vista,
están ya las maracas en el puerto,
vigilando la presa excursionista
con ojo vivo y ademán despierto.
¡Maraca equilibrista,
güiro adulón del dólar del turista!
Pero hay otra maraca con un cierto
pudor que casi es antimperialista:
es la maraca artista
que no tiene que hacer nada en el puerto.
A ésa le basta con que un negro pobre
la sacuda en el fondo del sexteto;
riñe con el bongó, que es indiscreto,
y el ron que beba es del que al negro sobre.
Ésa ignora que hay yanquis en el mapa;
vive feliz, ralla su pan sonoro,
y el duro muslo a Mamá Inés destapa
y pule y bruñe más a la Rumba de oro.
*De West Indies LTD. (1934)

 Nicolás Guillén
 

ERNESTO CARDENAL
 
Coplas a la muerte de Merton*
Como mangos en este verano de Solentiname
madurando
mientras está allá encapuchado de nieve el noviciado.
Pasan las oropéndolas
a la Isla La Venada donde duermen
me decías
It is easy for us to approach Him
Estamos extraños en el cosmos como turistas
no tenemos casa aquí sólo hoteles
Como turistas gringos
everywhere
aprisa con su cámara apenas conociendo
Y como se deja el cuarto de un motel
YANKI GO HOME
Muere una tarde más sobre Solentiname
Tom
* Extracto. De Poemas sueltos ( 1950/ 1975)


 Ernesto Cardenal




lunes, 16 de septiembre de 2013

Poemas de Oswald de Andrade (1890-1954)

Nueva entrega de poemas de nuestro dossier literario seleccionados esta vez sobre la obra poética del brasileño Oswald de Andrade (1890-1954) en su libro Pau Brasil editado por la Fundación Juan March.
 
PAISAJE

Cultivan palmeras de cocos grandes
principalmente frente al mar.

NOCTURNO

Allá fuera el claro de luz continúa
y el tren divide el Brasil
como un meridiano.
GUARARAPES

Japoneses
Turcos
Migueles
Los hoteles parecen ropas alquiladas
Negros como en compendio de historia patria
Pero qué tipo rubio

AGENTE

Habitaciones para familias y caballeros
Edificio de 3 pisos
Construido con esa finalidad
Todos dando a la calle
Amueblados en estilo moderno
Modern style
Agua teleférico ascensores
Gran azotea sistema yankee
Donde se descubre el panorama
De Guanabara

Foto: Oswald de Andrade

CAPITAL DE LA REPÚBLICA

Temperatura achicharrante
El orgullo de ser blanco
En la tierra morena y conquistada
Y la salid hacia las playas aceras
Arboladas
La Avenida se abanica con las hojas menudas
Del palo del Brasil

Los políticos duermen en el calor del Norte
las mujeres se dislocan
Bocas lindas
Sujetos de ojeras blancas
El Pan de Azúcar artificial

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Tres poemas turísticos y ochenteros de Bernd Dietz

Poemas del dossier de "Leyendo el turismo". Bernd Dietz. Ciclos, o el progreso del turista. (Añil, Santa Cruz de Tenerife, 1986).

9 p.m

La industria del placer no abre sus rampas
aún a los adictos de una casi
casta muerte, si bien ya nos sonríe
la suerte del poder aspirar, como
adelanto, el aroma de fritura
en los desnudos pasadizos, mientras
parpadean los poros expectantes
de una ventura de posos de neón
y barro de revuelco codiciable.


 
Vuelta

Perdido en la memoria el primer verso,
ancla de plenitud evaporada,
¿cómo remar hacia atrás desdeñando
hablar de la pérdida del comienzo,
ya desagüe de dicha a la deriva?
Eramos tres cuerpos a la búsqueda
de una utopía con manos y caricias
playas, lechos, comidas, carreteras,
compartiendo sin ayer ni mañana
los dulces meandros de una identidad
móvil y penetrable como el agua.
Exploradores del morir trazamos
una nueva cartografía de islas
habitables a este lado de la piel.


Jardín de sol

Los viejos que no han muerto en estos meses,
buscan enseguida asilos de ultramar,
regateando pasajes de barco
para proteger la cristalería
que habrá de heredar un pariente casi
más irreal que la casa desnuda
en la que aguardan a que otra muerte amable
les provea al fin de una plaza libre;
o se quedan de pronto en postura
grotesca congelados en la taza
del retrete, lo que hace más difícil
acomodarlos luego en sus cajas;
o enmudecen por completo metidos
día y noche en cuartos llenos de gatos,
entre recuerdos densos y asfixiantes
que les impiden dejar de estornudar.
 

martes, 3 de septiembre de 2013

Tres poemas del dossier "Leyendo el turismo"

Selección Premios Nobel de Literatura

DERECK WALCOTT

“Así es como, una alborada, cortamos aquellas canoas”.
Filoctetes sonríe para los turistas que intentan robarle
el alma con las cámaras”
(Omeros, Anagrama, 2002)



     Mi vida en las islas Sanwich. Charles de Varigny.
    Un nativo hawaiano sostiene una tabla de surf tipo paipo.
    Autor desconocido. Playa de Waikiki, Honolulu, c. 1890.



TOMAS TRANSTRÖMER

“Soy también aquél al que se ve, el turista que camina y se detiene.
camina y se detiene
y pasea su mirada sobre los pálidos rostros quemados por la luz de la
luna y las ampulosas telas de los
antiguos cuadros”
(Det vilda torget, 1983.
Trad. Francisco J. Uriz)


GAO XINGJIAN

“No es éste, por supuesto, el típico sitio turístico famoso al que vienen los recién casados y los jubilados, donde todo está pensado para el turismo, donde por doquier hay aparcados autocares, donde pueden comprarse planos turísticos en todas las esquinas de las calles y donde se exponen en todas las tiendas gorras, vestidos de punto, camisas, t-shirts,pañuelos con el nombre del lugar, con hoteles donde descienden los extranjeros que pagan en divisas, centros de acogida o de reposo en los que sólo se permite la entrada si se está provisto de una carta de recomendación, sin olvidar los pequeños hoteles privados que se disputan la clientela, que ostentan todos como letrero este nombre sagrado. No has venido a este tipo de lugar para distraerte en grupo por el sendero de una colina donde las gentes se observan, se empujan, se apretujan y arrojan al suelo trozos de corteza de sandía, botellas de agua mineral, latas de conserva, papeles sucios y colillas. También aquí, un día u otro día, pasará lo mismo. Crees haber venido antes de que se construyan encantadores pabellones, quioscos, terrazas o pequeñas torres, antes de tener que apretujarte delante de la frase de algún hombre célebre o antes que la cámara fotográfica de algún periodista. En tu fuero interno te alegras por ello, no sin alimentar algunas dudas. En esta calle no hay la menor señal para atraer a los turistas, ¿has sido burlado?”

(La montaña mágica, Círculo de Lectores, 2002, págs 14-15).




   Guía para viajeros inocentes. Mark Twain.
   Turistas norteamericanos y guías locales frente a la Esfinge
   Autor desconocido, Egipto, 1860. 


Postales extraídas del estuche POSTALES VIAJERAS 2003- 2013, que contiene una colección de 28 postales editadas por Ediciones del Viento con motivo de su primer aniversario.